Este otoño pasado una de las veces que fui a ver a mi madre me dio esta preciosa oveja aplicada y llena de detalles de bordado y me dijo que le pusiera bordes, que no sabía que hacer con ella...
Realmente creo que no se refería a que hiciera tanto "borde" pero en los días antes de las fiestas me atacó el espíritu navideño y allá que me lancé.
Enmarqué la ovejita con bordes en negro y beige para resaltar la labor y me lancé a hacer un log cabin clásico en tonos navideños, y como no andaba muy bien de tiempo, y lo quería tener para llevar en Nochebuena a Cantabria, lo he acolchado con una espiral a máquina, rematado con un binding pieceado y algún charm para adornar.
Así que, con esta labor en tandem con mi madre, os deseo lo mejor para el año 2018 que dentro de poco ya estará aquí.
¡Un beso enorme para todas y un venturoso Año Nuevo!
